Para realizar un planteamiento estratégico sólido en una empresa, es fundamental definir primero la misión, que expresa el propósito de la organización, y la visión, que marca la dirección y el futuro deseado. A esto se suman los valores corporativos, que representan la identidad de la empresa, y los objetivos estratégicos, que fijan metas claras para alcanzar la visión establecida.
Además, la planeación estratégica incluye la identificación y clasificación de riesgos, considerando factores como experiencias pasadas, problemas recurrentes, informes internos y externos, conceptos de expertos y listas de verificación. Finalmente, se analizan factores internos y externos a través de la matriz DOFA, se generan estrategias, se definen indicadores de seguimiento y se construye un balanced scorecard, herramienta clave para monitorear y evaluar el desempeño de la organización frente a sus metas.