Según Simon Sinek en su libro titulado “Empieza con el Porqué” es trascendental que definamos aquello que nos mueve a levantarnos de la cama todos los días, aquello que nos motiva a desempeñar nuestras labores diarias, eso que nos hace sentir útiles y que no es justamente buscar el pago de un salario o una alta facturación.
Lo mismo es muy importante cuando hablamos de un Sistema de Gestión, ya sea de Calidad, Ambiental, de Seguridad y Salud en el Trabajo, de Seguridad de la Información o cualquier otro sistema que estemos implementando o que ya tengamos implementado en la organización, pues tener un porqué o propósito superior claramente identificado nos permitirá entender el verdadero valor y enganchar a los colaboradores de la organización para tener resultados sorprendentes.
Quiero que reflexionemos en 5 preguntas que nos pueden apoyar en la realización de un autodiagnóstico que permita darnos claridad para afianzar, ajustar o replantear aspectos claves de nuestros Sistemas de Gestión.
Si bien es cierto que esto no es algo negociable y tenemos que hacerlo, es algo impuesto que muchas veces genera repulsión al mismo sistema de gestión de calidad porque lo veremos siempre como una traba más del gobierno para las empresas que nos complica la operación diaria.
Tener un sistema de gestión solo por este motivo provocará que lo veamos solamente en el plano económico, es decir que estaremos siempre pensando cuánto nos cuesta, quién nos lo implementa al menor precio y haremos lo mínimo solo para tener unos soportes al momento de una auditoría y así librarnos de una sanción.
Las empresas necesitan clientes que les compren para que funcionen y por tanto todas las estrategias que realicemos con el objetivo de incrementar el número de clientes y las ventas tienen alta importancia, por lo que es comprensible que si tener un Sistema de Gestión de Calidad certificado en ISO9001 es una de las exigencias de nuestros clientes, lo mínimo que debemos hacer es tenerlo para lograr que ellos nos compren.
Sin embargo el que este sea el único motivo por el cual implementemos un Sistema de Gestión en la organización vendría siendo entonces algo que nos toca, y como todo lo que nos toca, es algo que realizamos inconscientemente con desgano, algo que no valoramos porque no nació de nuestra propia iniciativa y por tanto algo que mantendremos en poca estima y con crítica constante cuando falla.
Al tener un Sistema de Gestión por este motivo sentiremos siempre que es solo un gasto obligado y no importante y por tal motivo buscaremos destinar la menor cantidad de recursos posibles y en momentos de crisis será de lo primero que recortemos.
En este mundo en el que nos encontramos hemos comprado la idea del competir siempre comparándonos con la competencia, de hacer estudios, de medir la participación del mercado, de hacer benchmarking y demás para lograr ubicarnos en una escala y así poder concluir si estamos liderando, en el medio o rezagados de los otros.
Mantener la competencia se vuelve algo estresante que trae dolores de cabeza para los miembros de una organización que sienten una presión constante por cumplir cifras de diversos indicadores con los que tenemos que ser medidos para validar periódicamente si lo estamos haciendo bien o mal.
“… sólo las empresas que actúan como commodities son aquellas que se levantan todos los días pensando cómo diferenciarse. Las empresas y organizaciones con un sentido claro de PORQUÉ nunca se tienen que preocupar por esto.” Simon Sinek
Tener un Sistema de Gestión por este motivo hará que tenga alta complejidad evidenciada en el gran número de documentos, indicadores, riesgos y demás componentes que generan altos volúmenes de información difícil de analizar y por tanto se sentirá como una gran carga adicional para los colaboradores de la organización, quienes verán su relación con el sistema de gestión como algo que les demanda más trabajo y por tanto como una fuerza en su contra.
Este es un motivo estimulante que no nos impusieron, nació de una iniciativa propia y por tanto ya no es un nos toca, sino un queremos porque le vemos el valor, podemos apreciar un retorno de la inversión, un beneficio tangible del que estamos convencidos nos traerá resultados positivos a la organización.
En este punto el Sistema de Gestión hace parte de nuestra estrategia y por tal motivo desde la alta dirección se tiene un gran respaldo y una consciente destinación de recursos presupuestados que se incrementan con el tiempo en la medida que se pueden evidenciar los resultados en indicadores claves de crecimiento de la empresa y donde se puede percibir una influencia directa de tener sistemas de gestión efectivos.
Si bien es cierto los empleados de estas organizaciones tienen un alto compromiso con los sistemas de gestión, aún mantienen una percepción que divide el quehacer diario con el quehacer del sistema de gestión, no hay una integración de actividades, y por tanto el sistema de gestión no es su día a día, es algo adicional a su día a día lo que afecta la cultura interna de la organización.
En este punto tenemos que tener claro cuáles son los motivos por los que nuestra empresa existe y estar seguros que todos los colaboradores amen estos motivos para identificar en qué estado estamos según Simon Sinek: “Trabajar duro por algo que no nos importa se llama estrés. Trabajar duro por algo que amamos se llama pasión."
Cuando la organización tiene claro el propósito superior o PORQUÉ, e identifica el gran valor que trae implementar un Sistema de Gestión para que apoye el CÓMO lograrlo, se obtiene una condición multimillonaria que con el gran compromiso de los empleados que se levantarán todos los días a trabajar apasionados para hacerlo realidad, podemos llegar a alterar el rumbo del mercado en el que nos desempeñamos.
Cuando nuestro sistema de gestión tiene propósito, se logra simplificar y volverlo parte del día a día de los colaboradores quienes gustosamente lo fortalecerán al poder evidenciar la efectividad que viven constantemente y que mantiene alineados a todos los procesos y niveles de la organización como un solo cuerpo enfocado en hacer mucho más que esperar un salario o incrementar la facturación, pues están seguros que eso solo será un resultado obvio que siempre llegará incrementalmente.
¿Por qué tienes o quieres tener un Sistema de Gestión en tu organización? espero que puedas tomarte un tiempo para reflexionar en estas 5 preguntas y que te lleve generar acciones que redunden en grandes beneficios para ti, tu organización y nuestra sociedad.