El camino que ha recorrido el concepto de riesgo durante siglos, se encuentra enmarcado por estrategias basadas en el sentido común, en un “ensayo – error”, en aquellas creencias que fueron transmitidas a través de la experiencia o ese conocimiento tácito que no se basa en lo científico. Sin embargo y debido a la confianza en todo ese desarrollo que se ha venido presentando en la ciencia y la tecnología, ese mismo concepto ha venido presentando una evolución cada vez más enfocada a la planificación, con unos apropiados pronósticos, a la generación de unas adecuadas alertas, el enfoque de una prevención-mitigación, a través del uso de análisis cuantitativos y de una adecuada evaluación.
Sin embargo, todavía existen brechas entre la ejecución con ese enfoque y la implementación adecuada de los riesgos acorde a la cultura y expectativas de la organización, por lo tanto es necesario contar con una buena metodología de implementación del modelo, que logre significar un avance en la cultura organizacional.