Crisis climática a nivel mundial, protestas y crisis sociales, la pandemia del coronavirus, los problemas de movilidad y muchos otros retos, hacen que las empresas deban reinventarse diariamente para seguir siendo competitivas. Gracias a las tecnologías, hoy podemos contar con una excelente alternativa como es el teletrabajo o trabajo remoto. Y tú, ¿Estás preparado para ser un buen teletrabajador y no fracasar en el intento?Una potente herramienta para aportar balance entre la productividad y el bienestar personal es el teletrabajo. Hace algunos años, esto parecía imposible para las empresas: ¿cómo poder efectuar las mismas tareas que se realizan en el lugar de trabajo, sin impactar la productividad y sin perder "el control de los colaboradores"?
Es fantástico conocer casos de muchas industrias que están acogiendo esta metodología de trabajo. Algunas de ellas, incluso, que por su negocio era impensable considerar el trabajo remoto, como es el sector médico. Hoy podemos encontrar radiólogos que realizan sus diagnósticos desde casa a partir de sistemas de información donde visualizan las placas radiográficas a alta resolución, o a pilotos que pueden operar aviones desde estaciones en tierra.
Es claro que en la actualidad hay excepciones en las cuales esta modalidad no resulte viable. Hoy necesitamos médicos en los hospitales, obreros en las construcciones, vigilantes en los edificios. Aunque es muy probable que en menos de 10 años la tecnología, la automatización y la inteligencia artificial pueda cambiar estos paradigmas. Pero para muchos cargos administrativos, esta modalidad de trabajo remoto ya es una realidad.
Pequeñas y grandes empresas han adoptado el teletrabajo de manera parcial o total, iniciando por fases piloto que contemplan a un grupo pequeño de colaboradores, con unos pocos días de teletrabajo al mes, para medir los resultados en términos de productividad y felicidad de sus empleados.
Nuestra empresa hace parte de este grupo. Desde hace casi 3 años transformamos nuestro modelo de operación tradicional (oficinas presenciales) a la modalidad 100% de teletrabajo, posterior a un pilotaje de 6 meses con 3 días de teletrabajo por semana. Podemos dar fe de que esta manera de trabajar nos ha permitido ser más productivos, felices y motivados, brindando equilibrio entre nuestro trabajo y vida personal. Trabajamos remotamente desde varias partes del país e incluso del mundo; en mi caso particular me permitió cumplir mi sueño de vivir al lado del mar y ver crecer a mi hija en una ciudad más cálida y tranquila.
Es por esto que hoy quiero compartir contigo algunas buenas prácticas que nos permiten trabajar de manera remota:
El teletrabajo no se trata de estar frente a la pantalla de tu computador todo el día, ni tampoco en dejar el computador desatendido mientras haces otras cosas. Planea tus jornadas laborales orientadas a resultados claros, medibles y alcanzables.
Es claro que no somos autómatas que podamos trabajar sin descanso. Al igual que en una oficina, deberemos realizar pausas activas, estirarnos un poco, tomar un refrigerio, e incluso dar un beso a nuestros hijos.
Emplea los primeros minutos de tu jornada, alrededor de 15 minutos, para planear tu día, las actividades, compromisos y los entregables que deberás producir. Esto incluye un tiempo para atender tus correos electrónicos. Cumple con tus compromisos y deja evidencias escritas de lo que realices.
¿Llegó un inspector del gas a tu casa y no hay nadie más que pueda atenderlo? Infórmalo a tu supervisor y flexibiliza tu horario, de tal manera que resulte conveniente para tu empleador y para ti. Los horarios flexibles cuando son manejados en común acuerdo pueden impactar positivamente en la productividad de la empresa y en tu satisfacción personal.
Trabajar en casa tiene grandes beneficios; por ejemplo, el tiempo que ahorras en desplazamientos a tu oficina o comer comida más sana o al menos la que te gusta. Probablemente, al eliminar el factor desplazamiento cuando vives en ciudades grandes o con altos niveles de tráfico vehicular, ya no tengas que levantarte tan temprano. Pero ten cuidado, esto no significa que trabajar en pijama o desde la cama sea una buena idea.
Así como cada día sales de casa e inicias con energía tu nuevo día, es importante que inicies con un buen baño, un desayuno balanceado y como ya no tienes que desplazarte a tu trabajo, uses ese espacio para dedicar tiempo para moverte o meditar.
Además, citando a mi compañerita de cubículo virtual Tania Monroy, es muy importante hacer acuerdos con tus familiares y amigos. Ocurre cuando empiezas a trabajar en casa y la gente que está a tu alrededor cree que estás disponible para muchas cosas. Sin embargo, los acuerdos con tus familiares son fundamentales porque ellos necesitan saber que requieres concentración, y que para ello no puedes ser interrumpido en cualquier momento. Ponte de acuerdo en los horarios, en el espacio de trabajo y en lo que requieres de tus familiares para que puedas enfocarte y dar lo mejor de ti en tu trabajo.
Como nada es perfecto, es clave planear un lugar alterno de trabajo en casos de contingencia. ¿A dónde puedo ir a trabajar en caso de que se vaya la energía o no cuente con conexión a internet?
También busca otros espacios de interacción, ya sea tomando unos pocos minutos de una reunión para contarle de los logros de tu hijo a tus compañeros, o salidas e integraciones presenciales. Esto es vital para tu salud emocional.
Hay otras premisas importantes para el teletrabajo como la seguridad de la información, las pautas de seguridad y salud y la legislación aplicable, que deben ser contempladas al momento de su implementación.
Para terminar, mi recomendación para tu empresa es que experimente el teletrabajo, mida resultados y vaya implementando mejoras rápidamente. Este mundo en constante transformación requiere cambios ágiles.
Espero que esta información te haya sido de utilidad y te invito a que compartas tus buenas prácticas de teletrabajo, si tu empresa ya tiene implementado este modelo de trabajo.
Hasta pronto!