6 Buenas prácticas de la innovación para el sistema de gestión

Cuando nos enfrentamos con un enfoque tradicional al sistema de gestión, nos encontramos con una alta complejidad que hace que perdamos la motivación rápidamente a causa de lo aburrido, rutinario y monótono que puede llegar a ser. Los sistemas de gestión son una herramienta clave para la consolidación de una organización debido a que permiten traer orden internamente y funcionar sistemáticamente de manera correcta y con excelentes resultados. ¿Cómo lo hacemos diferente?

1. Documentar la innovación, centralizar el conocimiento y dar fácil acceso

Las empresas altamente innovadoras documentan detalladamente todo lo que hacen para poder tener una base de conocimiento con las lecciones aprendidas que les ayuda a identificar las claves de los éxitos y las fuentes de los fracasos para ir madurando los resultados y ganar efectividad con el tiempo. Bajo esta premisa debemos documentar nuestro sistema de gestión garantizando su fácil consulta para todas las personas de la organización.

2. Los retos para la mejora continua

Plantear retos y poner a toda la organización a que los entienda y a que generen ideas para resolver dichos retos, es algo que desde la innovación fortalece la generación de proyectos constantemente. Trabajar con esta práctica va a generar que el mejoramiento continuo de una organización sea real y además de buscar eliminar la causa raíz del problema, genere avances significativos a los que no se podría llegar si no se rompe el molde y se atreve a realizar planteamientos revolucionarios que impacten el sector en el que desarrolla sus actividades.

3. Juego de roles para el funcionamiento por procesos

Funcionar bajo un esquema de procesos es como vivir en un juego de roles, es involucrarse con otras áreas de la organización y ponerse en sus zapatos, Es por eso que generar grupos  de personas con funciones complementarias entre sí para pensar en ideas y desarrollar proyectos se puede volver un verdadero fundamento de la gestión por procesos comprometida que unifica a todo el personal como si fueran un solo cuerpo.

4. Prototipo y producto mínimo viable para las nuevas versiones

Implementar los conceptos de la innovación como prototipo y producto mínimo viable puede ser una estrategia que simplifique la complejidad en los cambios organizacionales y que permita una evolución constante, arrancando con versiones básicas que seguirán evolucionando en el tiempo según se vaya identificando los pro y los contra.  Trabajar bajo esta metodología también ahorrará recursos y esfuerzos innecesarios si se descubre a la brevedad que ese no es el camino y en este sentido se podrá replantear el curso rápidamente.

5. La tecnología es un motor y un soporte

Vivimos una cuarta revolución industrial donde la tecnología afecta completamente nuestra vida debido a que es un motor de la innovación constante, por tal motivo tenemos que darle cabida dentro de nuestro sistema integrado de gestión como algo importante para lograr resultados constantes y sostenibles en el largo plazo y no quedarnos rezagados.

6. Innovar es dinero, el sistema de gestión debe ser dinero

Las organizaciones con sistemas de gestión de innovación maduros tienen muy claro que la verdadera innovación es aquella que impacta el PyG (Estado de Pérdidas y Ganancias) ya sea porque genera ahorro en costos o porque genera incremento en ingresos. Este es un fundamento que debemos también tener presente en nuestro sistema integrado de gestión de forma que todo lo que hagamos aquí, también este direccionado en estos dos sentidos, los ahorros o los ingresos, y así convertirlo en una herramienta que aporta valor tangible para la organización y la alta dirección.

Estamos viviendo épocas en las que debemos repensarlo todo y por eso el Sistema de Gestión no puede quedarse por fuera de estos replanteamientos, al contrario, debemos aprovechar su potencial, desladrillizándolo y revistiéndolo de nuevos aires cercanos a la gente, que agreguen un valor mayor al de solo tener un certificado colgado en la pared o cumplir con una normatividad.