Los seres humanos somos seres con la capacidad de brindar un apropiado valor al tiempo y a las cosas que hacemos porque de ellas depende gran parte de nuestra vida y la sociedad misma. Muchas veces damos más valor a las cosas que comúnmente llamamos “materiales” que al tiempo que tomamos para alcanzarlas.
Los niveles de valoración del tiempo varían de una sociedad a otra. En países subdesarrollados, es claro que la poca valoración del tiempo se expresa en muchas acciones, como la impuntualidad, revisar el celular, ver televisión, entre otros, y no se aprovecha adecuadamente en enriquecer la cultura a través de la lectura, el estudio o en compartir tiempo con la familia.
En nuestra sociedad damos muy poca importancia al correcto uso del tiempo, en especial los jóvenes, donde repiten casi que a diario frases como “lo hago más tarde”, “lo hago la otra semana”, o “lo hago después”... aun sabiendo que podrían hacerse estas actividades casi de inmediato, siempre se está posponiendo las tareas a realizar y en la mayoría de los casos no se cumplen en su totalidad o no se realizan como es debido.
En este sentido, es importante reflexionar cómo nos han formado respecto al valor del tiempo y el cumplimiento de los compromisos que hacemos con otras personas y con nosotros mismos, a continuación listo algunos puntos importantes para reflexionar:
- ¿Eres realmente consciente de que el tiempo no se recupera?
- ¿Ves el tiempo como un recurso que tienes en tus manos para ser invertido y no gastado?
- ¿Cumplimos las promesas que hacemos? ¿a qué personas cumplimos y a cuales no?
- ¿Nuestros actos reflejan lo que hablamos?
- ¿Utilizas adecuadamente la tecnología en el contexto familiar, laboral o social?
- ¿Sientes que eres productivo en tu trabajo?
- ¿Haces de modo consistente las metas que te trazas?
- ¿Planeas adecuadamente el tiempo?
Finalmente también es preciso pensar en el equilibrio que debe haber entre aquellas cosas que queremos hacer y aquellas que podemos hacer, y con ello lograr una planeación efectiva y automatizada que nos permita tener un continuo aprovechamiento del tiempo y ver reflejado en la realidad nuestros objetivos y metas.
“No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho”
Seneca