La importancia de actuar de forma consciente y con propósito
Escrito por José Manuel Sandoval
feb 18, 2019
¿Te sientes enredado en una gran cantidad de tareas innecesarias o demasiado complicadas?
¿Sientes que a pesar de que trabajas y trabajas no avanzas en los resultados que te has trazado o que gran parte de tu tiempo se va en reuniones o contestando correos electrónicos?
¿Cómo crear una cultura corporativa en la que el trabajo valioso, esencial y lleno de sentido sea la norma y no la excepción?
Hagamos un alto en el camino y pongámonos a pensar en todas las cosas que debemos hacer hoy: reuniones, correos electrónicos, llamadas, informes, formatos por diligenciar, presentaciones por elaborar...
Ahora pensemos por un momento, ¿cuál es el propósito de todo esto que hacemos? También preguntémonos ¿nos gusta lo que hacemos? ¿Disfrutamos realmente hacerlo?
… Si no tuviéramos que hacer todo esto, ¿a qué dedicaríamos nuestro tiempo?
En primer lugar es importante eliminar la mentalidad de hacer más, de obtener más, de ofrecer más; en lugar de ello enfoquémonos en actividades que realmente generen valor, actividades con un propósito claramente definido. Si logramos reducir esas tareas que realizamos porque el procedimiento lo dice o porque así lo hemos hecho siempre y, en lugar de ello, nos enfocamos en actividades con un propósito claro nos sentiremos más satisfechos y lograremos que nuestra empresa sea más dinámica, más productiva, poderosa y realmente innovadora.
Ejecutar sólo aquellas tareas que tienen un propósito claro nos permite alejarnos de las normas que ya no funcionan y de los procedimientos que nos dificultan avanzar a la velocidad que el mundo cambiante hoy por hoy nos exige. Nos permite valorar nuestro tiempo y el esfuerzo que realiza todo nuestro equipo de trabajo.
Cómo te sentirías si al terminar el día te das cuenta que hiciste un gran aporte para resolver un reto importante que tenía tu empresa o que aprendiste algo nuevo de impacto para tu vida o tu trabajo o que hiciste una gran contribución que le permitirá a tu empresa diferenciarse de las demás.
Ahora (jajajaja) compáralo con esa sensación de haber pasado todo el día ocupado, agobiado con la cantidad de trabajo que tienes, intentando terminar algo que comenzaste hace varios días y que en lugar de avanzar parece que cada vez se enreda más y más, en últimas, haber pasado el día haciendo cosas mecánicas sin ningún resultado impactante.
No es tan agradable, ¿verdad? ¿Por qué nos sucede esto?
Será que nos dejamos llevar por las normas, procesos y procedimientos que algunas veces nosotros mismos hemos creado, en lugar de preguntarnos cuál es el propósito de lo que hacemos y por qué lo hacemos y nos enfocamos en hacer aquellas cosas que realmente generan valor.
Si bien es cierto las normas, procesos y procedimientos nos ayudan a trabajar de forma organizada y nos ayudan a construir una memoria de esas buenas prácticas que hemos identificado, también es cierto que pueden volvernos menos productivos, menos creativos e innovadores y, en últimas, menos competitivos; nos acostumbramos a algo y continuamos repitiéndolo y repitiéndolo de manera automática sin cuestionarnos siquiera por qué lo hacemos o si existe ya una mejor manera de hacerlo.
La cuestión no son las normas, sino el vivir en automático, sin propósito.
Y ahora bien, si a ese vivir sin propósito le sumamos el vivir en multitasking, es decir haciendo varias tareas al mismo tiempo, porque nos sentimos dizque más productivos, lo que realmente estamos haciendo es ser ineficientes y muy poco productivos.
Qué sería de nuestro día si cada cosa que hagamos lo hacemos con un propósito claro y con atención plena: No solo generaríamos constantemente valor y seríamos más eficientes, sino que nos sentiríamos útiles y lograríamos darle a nuestro trabajo diario un sentido de vida.
Hoy en día las personas no se conforman con un salario, lo que las personas buscan es que su trabajo contribuya de alguna manera a un bien mayor: No permitamos caer en una labor diaria donde los procesos y las normas que estructuran nuestro trabajo oculten el propósito real que persiguen, mas bien busquemos que esos procesos y esas normas tengan la característica de resaltar el propósito que se busca y de ser tan mínimas, comprensibles y accesibles como sea posible.